Aquí vuelve la columna donde hay que buscar, no solo leer. ¿Seréis capaces de encontrar aquello que Luna, en Harry Potter, buscaba siempre?
¿Quién no adora a este personaje? Águila risueña, que le ve el lado bueno a todo a pesar de lo que ha sufrido en la vida: Lovegood, Luna. Harry Potter no hubiera sido el mismo si ella no hubiese estado, y todos aquí lo sabemos. Esta bruja es única, y por eso merece que le dediquemos un ratito para poder encontrar el regalo que nos dejó.
Nacida, por un lado, por parte de Xenophilius Lovegood y por otra de Pandora, la que fue su mujer, tuvo una infancia feliz. Siempre fue una niña alegre incluso cuando su madre, cuando tenía nueve años, falleció mientras experimentaba con hechizos. Por lo tanto, Luna, en Harry Potter, fue criada por su progenitor, un hombre soñador y que era el editor jefe en la revista El Quisquilloso. Vivían en una zona que se encontraba cerca de Ottery St. Catchpole, Devon, y tenía la forma de una torre de ajedrez muy grande. Allí, ella pasó sus primeros once años de vida, hasta que tuvo que comenzar su época en Hogwarts. Era considerada gente rara, pero eso nunca les detuvo.
Ya hemos hablado de su madre, que cuando era su hija pequeña, experimentó con hechizos y terminó falleciendo por esto. Su padre, Xenophilius, la cuidó como mejor supo y para él, Luna, en Harry Potter, siempre fue lo más importante, lo más valioso de su vida. Era todo lo que le quedaba. Eran tan parecidos, que ambos se fueron de vacaciones a Suecia para buscar a algún Snorkack de cuernos arrugados o lo que pudiesen encontrar por el camino. Por eso, ¿quién podría culparlo de que tratase que, para poder salvar a Luna, Harry Potter fuera entregado a Voldemort? Ni siquiera el Elegido lo pudo culpar, porque Xenophilius estaba totalmente desesperado.
Tiempo después, conoció al que sería un miembro muy importante de su familia: Rolf Scamander. Se casaría con él y tendría hijos, concretamente, a los que llamaría Lorcan y Lysander. Descendientes de Newt Scamander, siendo, concretamente, su marido el nieto y, por lo tanto, sus hijos los bisnietos. No podría ser de otra manera, haciendo sido un famoso magizoologista.
Desde el año de 1992 hasta 1999 estuvo en Hogwarts, enfrentándose a todas las adversidades que se le cruzaron por el camino. No fue solamente el retorno de Lord Voldemort, sino el trato que recibió por parte de muchos de sus compañeros solo por lo especial que era. Luna, en Harry Potter, nos enseñó que ser diferente no era malo, y que nadie merece tener el poder de derrumbarnos.
¿No es sorprendente pensar que para alguien como Luna, Harry Potter llegó a ser tan importante que estuvo dispuesta a soportar cualquier tipo de tortura? Eran amigos, o así se consideraban al menos, pero no fueron tan cercanos como podrían considerarse Ron y Hermione. Le ayudó a intentar recuperar a su padrino, tuvieron conversaciones, pasaron momentos juntos, pero no tantos como para considerarse uña y carne. Y, aun así, ella lo protegió. Fue torturada y estuvo cautiva en la mansión Malfoy, pero su voluntad nunca se quebró. Era una persona tan especial, que hasta la propia Helena Ravenclaw, conocida por desconfiar de todos, le tenía bastante aprecio.